Ciertas cosas en la vida pueden costarnos mucho más trabajo de lo que esperamos, pero valen mucho la pena, como puede ser prepararte un examen estatal. Es importante que tengas claro cuáles son tus metas y cómo quieres conseguirlas. Por eso, hacemos lo posible para que nuestros alumnos lleguen a ellas, y lo hacemos de la forma más interactiva. Decidimos llevar a nuestros alumnos de bibliotecas para que vean cómo es cantar tema oposiciones de modo que puedan superar esta clase de pruebas y se convenzan de que lo que hacen es un gran trabajo.

[bctt tweet=»Saber cómo es cantar un tema de oposiciones en una prueba oficial puede ayudarte a preparar tu examen oral.» username=»innovaoposicion»]

Opositar, un reto

Opositar es un trabajo donde las horas extras solo te las reconocen el día del examen; ese día te vas a dar cuenta de que todas esas horas invertidas han valido la pena.

No es solo un esfuerzo, ha sido un fin, una meta, tus ilusiones; pero ese tiempo no solo se compone de estudio, de redactar, de hacer esquemas, no, es más, mucho más, es el paréntesis que hiciste para ver ese vídeo sobre la conferencia que dio Santiago Palomero en el MAN acerca del Museo Sefardí; leer ese artículo que llevaba sobre la mesa varios meses y descubrir que sí, que no has errado al elegir esta oposición.

Y cuando el ánimo o el cansancio te hacen flojear, mejor visitar un museo o llenarte del esfuerzo de los que han opositado este año y allá que te vas, como los alumnos de Innova que se presentaron en ese gran salón de actos del Ministerio de Cultura y Deporte para sentir la ilusión y, naturalmente, los nervios de los que les tocaba leer todas las horas de estudio plasmadas en cuatro temas.

 Cantar tema oposiciones

Cuando les propusimos ir a ver cómo es cantar tema oposiciones y oír leer a los futuros ayudantes, algo reticentes, dijeron que sí. Ese día primero estuvieron fuera escuchando a los que iban a defender sus temas, se empaparon de sus dudas y anhelos; de cómo pasaron las 4 horas que duró el examen en esa calurosa mañana del mes de julio, del dolor de la mano cuando aún les faltaba un tema por redactar, del viaje desde su Comunidad Autónoma a Madrid, de pequeños retazos para intentar paliar los nervios antes de sentarse frente a los miembros del tribunal. Después pasaron y estuvieron escuchando a varios opositores, y a la salida se atrevieron a comentar qué les había parecido, ahora con una idea más amplia de este período que les ha introducido en el camino del destino que ellos mismos han elegido.

Opositar no es solo sentarse en una silla y “echarle horas”, es más, es “echarle instantes” de incertidumbre y bajones, de ilusión por ese trabajo soñado que casi puedes tocar con los dedos. Es venir a la Academia y compartir con tus compañeros cómo te ha ido la semana y que todas las dudas acumuladas se evaporen “como lágrimas en la lluvia”.